El uso de la madera es la opción estética más cálida para vestir cualquier espacio exterior, especialmente para el coronamiento de las piscinas donde la piel mojada entra en contacto directo con el suelo. Su mantenimiento requiere más cuidados pero actualmente se comercializan materiales alternativos hechos partir de fibras de madera que tienen muchas ventajas: mantenimiento prácticamente nulo, no necesitan barnizado, resistentes a las termitas, a la humedad y a la intemperie, antideslizantes, no se desgastan, no se parten y no se astillan. Entre las maderas para exterior destaca la de iroko que presenta diferentes tonalidades naturales que van desde el amarillo hasta el marrón oscuro, la de teca y la de ipe. El sol reseca, deshace y astilla la madera, por lo que hay que tomar una serie de precauciones para mantenerla en óptimas condiciones y para lograr potenciar su belleza natural.
1.
Los principales agentes que afectan a la madera de exterior son los atmosféricos, como los cambios bruscos de temperatura, las variaciones de humedad, la lluvia y los rayos ultraviolados. Estas circunstancias facilitan la pudrición, los cambios del color superficial de la madera o el ataque de insectos que se alimentan de ella y la destruyen por dentro.
2.
Existen diferentes tratamientos preventivos para conservarla que exigen un mantenimiento periódico para evitar tener que recurrir a métodos paliativos que resultan más caros y menos fiables.
3.
En primer lugar se deben colmatar los poros aplicando una imprimación incolora y elástica que rellene los orificios para evitar una excesiva exudación o la penetración de agua.
4.
En las maderas procedentes de coníferas, como el pino o el abeto, puede producirse durante los primeros años la exudación de resinas, taninos o aceites que deberán ser limpiados con un trapo impregnado en alcohol, acetona, disolvente oleoso o, en algunos casos, con aguarrás, aunque este producto es menos recomendado por poder causar efectos secundarios sobre las posteriores capas que se deben aplicar.
5.
Una vez la superficie esté limpia, se aplicará un fungicida que impedirá su pudrición en el futuro y dejará la madera preparada para recibir la imprimación definitiva, además de evitar que se estropee por los insectos o los hongos.
6.
Finalmente se debe administrar una capa de pintura o barniz protectores que deben ser resistentes a los rayos ultravioletas. Para mejorar la hidrofugación de los materiales leñosos, puede reforzarse con siliconas o ceras. Este paso debe repetirse anualmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario