Nácar
El
interior de las conchas de los moluscos está recubierto de una
sustancia llamada nácar (madreperla), segregada por el animal como
medida de protección cuando se introducen en él partículas extrañas como
arena. Este material se ha utilizado a lo largo de la historia con
fines decorativos por la belleza sus colores de aspecto iridiscente.
Nácar,
capa irisada de gran dureza que se forma en el interior de las conchas
de ciertos moluscos. Está compuesta principalmente de carbonato cálcico
que se deposita en delgadas capas superpuestas con algunos otros
materiales orgánicos. La iridiscencia de colores se debe a las ondas de
luz reflejadas.
El
mejor nácar proviene de moluscos como el abulón, los caracoles y las
ostras que se encuentran en los mares tropicales, principalmente
alrededor de Australia, Filipinas, las islas de los mares del sur,
Panamá y Baja California. El nácar se forma asimismo en las conchas de
moluscos de aguas europeas. Los suaves colores del nácar, que dependen
de la zona geográfica en donde hayan sido hallados, varían desde el
gris, pasando por el verde, hasta el rosa y el morado. Esto hace que sea
muy apreciado para su uso en las taraceas y para fabricar pequeños
objetos como botones o joyas.
Para
conseguir que el nácar se pueda utilizar se elimina la dura capa
exterior de la concha mediante diferentes métodos que van desde su
disolución con ácido a esmerilarla a mano o a máquina. Después se pule
el nácar para resaltar su iridiscencia y se puede grabar.
En tiempos de los babilonios y los sumerios se utilizó como incrustación decorativa. En el Extremo Oriente, sobre todo en China y Japón, se
empleaba ampliamente, tanto como incrustación en objetos lacados y
muebles de madera, como por sí solo para hacer botones. Destacan las
esculturas rayadas chinas y los complicados grabados con escenas de la
vida diaria y de otros motivos orientales. La tradición del trabajo en
nácar sobrevive hoy día en muchas zonas de Oriente.
En
Europa, el nácar comenzó a utilizarse en el siglo XIV, básicamente para
pequeñas esculturas religiosas. Más tarde se utilizó como incrustación
en muebles, en particular en piezas lacadas, y en instrumentos
musicales, tabaqueras, abanicos, mangos de cubertería y en joyería. En
el siglo XIX se utilizó como incrustación en bandejas de papel maché,
cajas y muebles.
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