Son piezas espectaculares y con carácter propio que pueden tener diferentes funciones dentro de una estancia.
Los armarios chinos han sido símbolo de riqueza en el país oriental. Pertenecen a parte del ajuar de las parejas que iban a contraer matrimonio y todas las familias debían poseerlo antes de la boda. Cuentan con siglos de antigüedad y aun así siguen teniendo un hueco indiscutible en la decoración actual.
Existen muchos tipos, materiales y tamaños, pero todos tienen en común su particular diseño y lo más característico: sus cerraduras. Esquinas en ángulo recto, líneas puras y sencillas se rematan con la colocación de dichas cerraduras metálicas (dependiendo del armario cambia el material o el color). Grandes, vistosas y originales. Es la parte más llamativa de estos armarios y sin duda lo que les imprime ese carácter que los hace tan especiales.
Este tipo de armario nos transmitirá paz, fuerza y clase. Podemos usarlo como aparador en un comedor, recibidor en la entrada o como mueble para guardar la televisión en el salón. Son fáciles de adaptar y mezclar con el resto de la decoración del espacio elegido ya que precisamente por su gran variedad de materiales podemos disponer del modelo que mejor nos convenga.
Es una pieza digna de formar parte de nuestra vida y poder disfrutar de su majestuosidad día a día siendo originales y prácticos, puede aportar un toque sofisticado a tu salón si sabes combinarlo bien con tu mobiliario habitual. Mezcla fantásticamente con muebles de diseño de líneas puras y acabados neutros (lacas, cristal, acero, etc.).
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