Ofrecen gran capacidad y una distribución correctamente planificada lo convierte en una pieza de gran utilidad. Debemos tener en cuenta los elementos que deseamos guardar, si se trata de objetos pequeños o de gran volumen, y la cantidad de los mismos. En función de esto decidiremos el diseño que más se adapte a nuestras necesidades.
Además de un mueble auxiliar, es una pieza decorativa que puede esconder mucho en su interior y que gozan de un gran desarrollo de líneas. Se pueden encontrar en diferentes materiales, pero el más común es la madera, que le proporciona el encanto y la calidez que suele transmitir. Siendo un material natural que favorece la creación de piezas artesanalmente elaboradas.
Para la creación de algunos modelos se utilizan cristales, transparentes o translucido, que nos permiten ver total o parcialmente su interior, al mismo tiempo que aligeran el aspecto. En cuanto a su estilo, podemos optar entre gran varidad de alternativas, según la época y las formas en que estén inspiradas. Desde un estilo rústico o colonial a uno actual de líneas depuradas.
Encajan en todo tipo de ambientes y pueden ser un elemento clave, rompiendo el esquema de nuestra decoración. Es decir, colocar un diseño rústico, con pinceladas clásicas en una zona de diseño minimalista y actual, crearía un contraste que podría ser todo un acierto, uniendo estilos desiguales en un mismo espacio.
Las zonas más frecuentes para su colocación es en cocinas, salones y comedores, ampliando el espacio de almacenamiento de vajillas, cristalerías o mantelerías entre otros, garantizando su correcto orden y cuidado.
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