Aunque la madera es la reina en el mobiliario para interiores y los metales se reservan habitualmente para espacios como el baño o la cocina donde se incorporan mayoritariamente a través de accesorios y como no, para muebles de jardín donde resultan especialmente adecuados por su resistencia y durabilidad, sin embargo cada vez más se integra el uso de los metales en mayor y menor medida en todas las estancias de la casa, aluminio y acero están entre los más utilizados.
En elementos de pequeño tamaño como tiradores de puertas y cajones, lámparas, adornos… hace ya tiempo que el acero es ampliamente utilizado, pero en la actualidad se fabrican muebles completos de gran tamaño en metal sólo o combinado con cristal, mesas, sillas o estanterias son algunos ejemplos del uso de estos materiales, en especial la mejora de las técnicas de tratamiento del aluminio, ha abierto muchas posibilidades.
Y es que el aluminio es un material mucho más ligero y resulta igual de resistente que el acero o incluso más ante determinados agentes, así pues la extensión de su uso en diversas aplicaciones, lacado o al natural, ha incrementado las opciones de fabricación de estructuras para muebles modernos, sencillos y con un estilo muy actual.
Los metales tienen además la ventaja de que por su acabado y su color totalmente neutro, nos permiten combinarlos con facilidad con otros materiales y con todos los colores, de modo que los muebles de metal son prácticamente atemporales y si queremos dar un aire renovado a la estancia podemos limitarnos a cambiar los complementos textiles o el color de las paredes.
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