Combina las alfombras con la decoración

Las alfombras aportan calidez al hogar. Con tanta variedad de estilos, textura y diseños, es fácil encontrar la alfombra que estamos buscando. Te damos unas claves para que saques el máximo partido a estos elementos decorativos, y unos consejos para conservar tus alfombras como nuevas.

Es conveniente que los muebles queden totalmente sobre e la alfombra  o completamente fuera, nunca parcialmente, ya que no es conveniente ni funcional.

Las alfombras, su forma, textura y color, entran en juego en el conjunto de la ambientación; así que dependes del resto de la decoración (colores de muebles, paredes, textiles,) para escogerlas.

En el caso del comedor, las sillas deben quedar dentro de la alfombra al sentarse y al retirarse de la mesa.

Coloca una alfombra  bajo un juego de muebles para crear un área visual bien definida, sin necesidad de paredes o divisiones que la delimiten.

Para muebles apoyados a la pared, no importa que las patas delanteras queden dentro de la alfombra y las traseras no.

En las zonas propensas a humedecerse, hay que comprobar que la alfombra tenga un reverso resistente al agua.

Una alfombra demasiado pequeña colocada en una gran habitación, puede dar una impresión pobre, no quedará bien. Pero tampoco debe ser demasiado grande y cubrir todo el suelo, ya que un suelo bonito puede realzar nuestra alfombra y realzar la decoración de la sala.

Las alfombras deben ser cuidadas regularmente con el fin de prolongar su duración y sus cualidades estéticas.

Una de las acciones que tenemos que hacer de forma más regular es quitarle el polvo. Esta acción la debemos realizar con el aspirador. Este mantenimiento es esencial, porque de no hacerlo, el polvo se introducirá entre las fibras de su alfombra y las ahogará. Además, una alfombra sucia atrae más a las polillas.

Cambia de sitio o de sentido tu alfombra de vez cada cierto tiempo con el fin de que no ésta no esté expuesta del mismo modo a la luz y al uso. Para reavivar el color de la alfombra puedes humedecerla con agua con gas. Déjala secar y luego cepíllala lentamente. En caso de mancha, actúa inmediatamente, ya que así tendrás mayores posibilidades de poder quitarla en su totalidad.