En ocasiones se nos hace difícil el deshacernos de muebles antiguos que provienen de una herencia familiar, en otras nos gustaría adquirir alguna pieza de anticuario. Es entonces cuando nos encontramos frente a la duda de saber cómo podemos integrarlos en la decoración actual de nuestro hogar para que no desentonen.
Para que puedas conseguir un ambiente homogéneo sin que las piezas de madera oscura y antigua destaquen demasiado ante tus muebles más convencionales, lo aconsejable es que vistas la habitación con complementos, como cojines, cortinas, etc., en colores claros y pintes las paredes en beige y el techo en blanco.
Las tapicerías también deben ser en estas tonalidades, pero si no piensas cambiar de sofás o sillas de comedor, puedes adquirir unas fundas para ellos. Fijar una base neutra de color contribuye a suavizar los contrastes y unifica la estética general del salón.
En lo que se refiere al color de la madera de los otros muebles, escoge algunos de ellos en un tono similar a tus muebles antiguos para que el contraste no sea muy evidente. Las maderas lacadas en color marfil y el cristal (en una mesa de centro, por ejemplo) son muebles que encajan perfectamente con otros muy distintos.
El secreto está en lograr el equilibrio entre muebles viejos y nuevos con sentido común, optando por los colores neutros en las paredes de las habitaciones y evitando los excesos.
Una idea recomendable es introducir elementos atractivos de estilo romántico, con reminiscencias del pasado, ya que transforman a un estilo en suave y elegante, atemporal y adaptable a cualquier espacio. Probablemente, esta fusión permanezca durante un largo tiempo porque este nuevo resultado es preferido por mucha personas que no eligen los estilos modernos debido a su frialdad.
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