miércoles, 13 de junio de 2012

¿Cómo cuidar los muebles de piel?



Muchas veces recibimos la pregunta: ¿Cómo debo de cuidar mis muebles de piel? Por eso os dejamos aquí un par de consejos útiles para el mantenimiento y la limpieza.



Lo primero es procurar mantener tus muebles de piel protegidos de fuentes de luz natural para prevenir descoloración.

Otro factor dañino para la piel es la humedad. Procura mantener el ambiente climatizado pero no demasiado caluroso. El calor puede secar la piel y así deteriorarla causando grietas. Es por eso recomendable mantener una distancia adecuada entre las fuentes de calor (como calefacción (o aire inverter) y estufa) y tus muebles.

Por supuesto es recomendable no dejar cerca a mascotas con uñas afiladas. Aunque pequeños rasguños y rayones en el tapizado se pueden arreglar, lo mejor es evitarlos :-)

Como último toque de atención resaltamos la importancia de no dejar encima de la piel periódicos y/o revistas porque la tinta de impresores se puede infiltrar en el tapizado tras un contacto directo prolongado.


Una de las ventajas de los muebles de cuero es que bajo cualquier circunstancia o condiciones, estos se pueden mantener limpios con el uso de toallas o paños secos o sacudiendo con un paño ligeramente húmedo y aspirando en las grietas.

Desempolve los muebles de cuero semanalmente con un paño blanco y suave. También puedes usar los accesorios de su aspiradora, como el cepillo suave para desempolvar y esquineros, tubos y mangueras para las aéreas de difícil acceso como grietas y rendijas. Un paño ligeramente húmedo también puede usarse para las aéreas de mayor uso o las que tiene mayor contacto con la piel como brazos, asientos y espaldares o cojines.

Volteando, moldeando o reacomodando con las manos el relleno de los cojines o almohadas removibles regularmente, ayuda a un desgaste uniforme y evita la formación de “arrugas” que pueden formarse en el cuero.

Seque o absorba cualquier derramamiento inmediatamente con un paño limpio y suave. Si es necesario seque con una toalla limpia y suave. Deje que se seque al aire. Si usas agua, use una cantidad pequeña, clara y templada o tibia y limpia el área donde ocurrió el derrame.

No aplica agua en manchas de aceite o grasa. Limpia el exceso de aceite, mantequilla o grasa con un paño seco y limpio. Si dejas los aceites y grasas mucho tiempo, estos se disipan dentro de la piel por si solos.

En el caso que necesites usar un limpiador en una mancha persistente, usa uno sin químicos. Siempre haga una prueba en un área no visible o escondida.



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